Noble y Magnetto #DevuelvanAlosNietos (Máximo TT en Argentina)

Me siento gozoso. Sí, sépanlo todos y todas. Hay hechos que causan estimulante satisfacción renovando propósitos más profundos; compartiendo ideas con compañeros solidarios se energizan acciones más potentes y superadoras.

¿Cuáles? ¿Por qué? Anoche, casi por sorpresa, me encontré participando de una situación que puede hasta parecerle intrascendente a algunos, dado que no requirió ni mucho coraje ni tanta creatividad ni demasiado esfuerzo, pero sí precisó convicciones e ideales.

Los medios periodísticos del Grupo “Clarín” -si se me permite la generosa clasificación- ya no sólo deben suspender emisiones en vivo o editar, borrar y cortar fragmentos grabados cuando, en medio de una nota, la gente en la calle les reclama con carteles o a viva voz la consigna cada vez más generalizada: “Noble y Magnetto: ¡Devuelvan a los nietos!”.


Lo suscitado puede parecer nimio como acto aunque es importante desde lo simbólico. Los poderosos podrán ampararse en sus influencias y su dinero, pero no caben dudas que saben que son despreciados por gran parte del pueblo argentino. Sólo sus conciencias dimensionan lo que se siente.

Amigos y amigas, anoche el Twitter se inundó de la misma demanda. El hash #DevuelvanAlosNietos encabeza los "Temas del Momento en Argentina":



Lo confirma y pone en relieve, esta captura de imagen del sitio global de los Trending Tops:



Miles de tweets con el mismo lema, la misma etiqueta, el mismo reclamo. Fue un clamor virtual que trasciende las fronteras nacionales y estuve ahí, en la web, y se siente bien:


Perdí la cuenta, pero fueron varios tweets. Aún con el error de morfarme la "Q" de Quebrada, no dejé pasar la oportunidad de escrachar a varios personajes que, por cumplir servilmente con el empleo o por apoyar a quienes defienden sus mismos intereses, dejaron de lado la dignidad o claudicaron de viejas luchas que los contaban entre sus abanderados.
Son los que dicen ponerse del lado del más débil, como la que fue Asesora de la Fiscalía de Estado y Funcionaria del Superior Tribunal de Justicia del Chaco durante los años de plomo y, luego de que se le cayera la careta, acabó siendo declarada "persona no grata" por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, a la cual integró sin plantearse contradicciones; o la que perdió dos hermanos -curiosamente llamados Néstor y Cristina- en manos del Terrorismo de Estado, pero que como Senadora votó en contra de la Ley de extracción de ADN para el Banco Nacional de Datos Genéticos, además de renegar de las Madres y Abuelas tras vender una imagen de periodista comprometida con los Derechos Humanos; o la otra comunicadora con un recorrido parecido, la que formó parte de la CoNaDeP para luego abandonar las causas de "Memoria, Verdad y Justicia", enrolándose al servicio de los cómplices de la Dictadura.
Por diversos motivos -para nada honorables- no son pocos los que protegen monopolio e impunidad.


Sobre Gelblung o Morales Solá, suena vacío agregar más a lo que es de conocimiento público: sus serviles y aprovechadas tareas como comunicadores de secuestros seguidos de muerte y de masacres, como si fueran defensas ante ataques subversivos -que, de hecho existieron contados- y enfrentamientos armados en defensa de la paz. Sólo cinco palabras: Norma Arrostito y Operativo Independencia.

No creo que sea sencillo transitar por la vida con semejantes mochilas en las espaldas. Tampoco puedo aproximarme al grado de autocrítica cuestionadora de Joaco, Chiche, Ernestina Herrera, Héctor Magnetto y tantos colaboracionistas que ahora siguen aferrados a los privilegios conseguidos.
Sólo ellos sabrán lo que pesa sobre sus espíritus. Yo, mejor dicho, nosotros sentimos cuánto gratifica sumar voces concientes de pedir justicia. Nada más, nada menos que solidaridad con las abuelas que no tienen a sus hijos pero necesitan saber de sus nietos. Verles las almas entrando en sus miradas. Conocerlos a través del recuerdo. Darles un abrazo.

Y para que lo reciban sus destinatarios, no obstante descontando que los verdaderos responsables no son los operadores web de los medios del monopolio, las incontables réplicas hicieron que salgan en las ventanas virtuales de muchos sitios que suben los tweets recibidos. Y se siente bien:


Sí, señores, el Pueblo los desprecia. Y no a los desaparecidos que viven como zombies sin identidad, a los que llaman Felipe y Marcela Noble Herrera o los hijos de Héctor Magnetto, "adoptados" mediando los secuaces favores de Elisa María Avelina Carrió y de funcionarios judiciales y del Registro Civil y Capacidal de las Personas.
Los reclamos son por ellos y varios más. Pero la furia por la injusticia impune no es contra ellos, que, en definitiva, son doblemente victimizados y ultrajados: lo fueron en los ´70 por la tiranía que asesinó a sus padres y lo son ahora, con el sojuzgamiento cooptado por el lavado de cabeza permanente desde la cómoda posición de sus tratantes. Extraer una muestra de cabello o una gota de sangre no es una vejación, amigos y amigas. Esa es otra maniobra confundidora del Clan The Magnettos, mientras que lo cabalmente ultrajante es someter a cautiverio idiotizante privando de identidad y oportunidades de crecer a cuatro personas tratadas -desde siempre- como mascotas por sus amos.
Aquellos bebés secuestrados entonces, hoy son jóvenes adultos, aunque queda claro que demuestran seguir siendo infantes sin voluntad ni determinación, sin juicio ni opinión. Y queda más claro aún, que ni sus abuelas ni sus tíos pretenden repetir otra apropiación, sino simplemente saber si son sus nietos o sus sobrinos, la sangre de su sangre, el legado postrero de hijos y hermanos asesinados.
Por lo tanto: “Noble y Magnetto: ¡Devuelvan a los nietos!”.

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